La vida es un aprendizaje, todo aprendizaje conlleva un proceso, desde este lugar vamos a acompañarte en el proceso de cambio que quieras llevar a cabo.
Desde una relajación profunda el consciente deja que conectemos con nuestra inconsciencia, con esa parte de nosotros, que todo lo sabe, que todo lo recuerda, desde ahí podemos realizar los cambios que necesitamos en nuestra vida.
Acercamos todo tú arsenal de conocimientos para traerlo a la realidad tangible, poder cambiar depende de nosotros.
El mundo consciente es la parte visible del iceberg que todos tenemos.
La hipnosis ha demostrado ser una herramienta eficaz para relajar al Ego, poder acercarnos a nuestra Esencia, que podríamos definir como Alma, Espíritu, esa parte de nosotros que nos acompaña en nuestro paseo por la vida.
Anímate a una vida más consciente desde la hipnosis.
La hipnosis, también denominada «hipnoterapia» o «sugestión hipnótica», consiste en un estado parecido al trance en el que experimentas un centro de atención y una concentración más intensos. La hipnosis suele realizarse con la ayuda de un terapeuta que utiliza la repetición verbal e imágenes mentales. Cuando una persona se encuentra bajo los efectos de la hipnosis, se suele sentir tranquila y relajada y está más dispuesta a recibir sugerencias.
La hipnosis puede usarse para ayudarte a controlar conductas no deseadas o para ayudarte a afrontar mejor la ansiedad o el dolor. Es importante que sepas que si bien estarás más dispuesto a recibir sugerencias durante la hipnosis, no perderás el control de tu comportamiento.
La hipnoterapia puede ser un método eficaz para afrontar el estrés y la ansiedad. En particular, la hipnosis puede reducir el estrés y la ansiedad antes de un procedimiento médico, por ejemplo una biopsia de mama.
Se ha estudiado la hipnosis para otras afecciones, entre ellas:
La hipnosis que lleva a cabo un terapeuta o profesional de la salud capacitado se considera un tratamiento médico seguro, complementario y alternativo. Sin embargo, es posible que la hipnosis no sea adecuada para personas con una enfermedad mental grave.
Las reacciones adversas a la hipnosis son poco frecuentes, pero pueden incluir las siguientes:
Ten cuidado antes de utilizar la hipnosis como método para lograr superar sucesos estresantes pasados de tu vida. Esta práctica puede causar emociones fuertes y dar lugar a la creación de falsos recuerdos.
No necesitas preparación especial para someterte a hipnosis. Pero es buena idea usar prendas cómodas que te ayuden a relajarte. Además, asegúrate de haber descansado bien para que no tiendas a quedarte dormido durante la sesión.
Elige un terapeuta o profesional de la salud que esté calificado para realizar hipnosis. Busca la recomendación de alguien en quien confíes. Conoce al terapeuta que estés considerando. Comienza realizando preguntas:
El terapeuta explicará el proceso de hipnosis y analizará los objetivos del tratamiento. Luego, el terapeuta hablará, por lo general, en un tono amable y tranquilo, y describirá imágenes que creen una sensación de relajación, seguridad y bienestar.
Cuando te encuentras en un estado receptivo, el terapeuta te sugerirá maneras de alcanzar tus objetivos, como reducir los dolores o eliminar los deseos de fumar. El terapeuta también puede ayudarte a visualizar imágenes mentales vívidas y significativas de ti mismo mientras alcanzas tus objetivos.
Al finalizar la sesión, puedes salir de la hipnosis por sí solo o te puede ayudar el terapeuta a salir del estado de relajación.
A diferencia de la manera en la que suele mostrarse la hipnosis en las películas o en la televisión, no pierdes el control sobre tu comportamiento mientras estás bajo hipnosis. Además, por lo general, te mantienes consciente y recuerdas lo que pasa durante la hipnosis.
Con el tiempo, puedes practicar la autohipnosis, en la que te induces a un estado de hipnosis tú mismo. Puedes usar esta habilidad según sea necesario, por ejemplo, después de una sesión de quimioterapia.
Mientras que la hipnosis puede ser efectiva para ayudar a las personas a afrontar el dolor, el estrés y la ansiedad, la terapia cognitivo-conductual se considera el tratamiento de primera línea para estas condiciones. La hipnosis también puede ser parte de un programa de cuidado integral para dejar de fumar o bajar de peso.
Sin embargo, la hipnosis no es adecuada para todos. Por ejemplo, es posible que no seas capaz de entrar en un estado de hipnosis suficiente como para que te resulte efectiva. Algunos terapeutas creen que mientras más probable sea que te hipnoticen, más probable es que te beneficies de la hipnosis.
Explora los estudios de Mayo Clinic de pruebas y procedimientos para ayudar a prevenir, detectar, tratar o controlar las afecciones.
Hubo un tiempo en que el pensamiento mágico de la sociedad era tan determinante que vivían permanentemente atemorizados por lo que pudiese suceder si asustaban a Dios. Entonces surgieron las historias de brujas que han llegado hasta nuestros días, cuando para librarse del mal y el diablo, se quemaban o asesinaban mujeres y se hacían toda clase de sortilegios que permitirían estar a salvo de cualquier peligro.
Tréboles de cuatro hojas y espejos aparte, continuamos evolucionando y las sociedades cambiaron, y quizá fue el espiritismo del siglo XIX (ese gran consuelo para los que habían perdido a alguien durante la guerra) una última muestra del pensamiento mágico que ya no podemos entender en una sociedad secularizada, aunque algunos sigan temblando de miedo con las historias de fantasmas. Las tornas han cambiado, de hecho, y somos tan descreídos que pensamos continuamente que tratan de engañarnos. Tenemos más información y criterio que nunca a nuestro alcance. No es casualidad que haya más negacionistas que nunca.
En los antiguos Templos del Sueño egipcios y griego se practicaba algo parecido a la hipnosis, con cánticos, sacrificios, meditación y ayunos
Una de esas cosas que siempre han sorprendido al ser humano, que nunca se lo ha creído del todo, es la hipnosis. Sorprendentemente, aunque quizá te haga pensar en Freud o similares, lo cierto es que existen precedentes históricos del uso de técnicas similares, empleada por los egipcios y griegos en los llamados Templos del Sueño. Estos eran algo así como hospitales dedicados a la recuperación de numerosas dolencias (generalmente de naturaleza psicológica). El tratamiento incluía cánticos y se colocaba al paciente en un estado de casi-trance o hipnótico, analizando sus sueños para determinar el tratamiento, aunque también se practicaban otras terapias como la meditación, los ayunos, baños rituales o incluso sacrificios a las deidades.
Pero fue en el siglo XVIII cuando comenzaron a hacerse los primeros estudios de lo que conocemos como hipnosis. El doctorado en Medicina y Filosofía Franz Anton Mesmer escribió en Viena su tesis 'De planetarium Influxu in corpus humanum', que explicaba que todo ser vivo irradia un tipo de energía similar que puede transmitirse de unos seres a otros, llegando a tener una aplicación terapéutica. Adquirió mucha fama, aunque fueron sus discípulos y posteriores investigadores los que determinaron cómo se curaban las personas en los trances hipnóticos: por pura sugestión. Según el cirujano escocés James Braid: "La fijación sostenida de la mirada paraliza los centros nerviosos de los ojos y su dependencia que, alterando el equilibrio del sistema nervioso, produce el fenómeno".
Desde entonces han surgido muchas teorías diferentes al respecto sobre cómo funciona. Para Joe Griffin es un mecanismo, como cualquier otro, artificial de llegar al estado REM. Pierre Janet defendía que es el resultado de la disociación porque las áreas del comportamiento de un individuo están separadas de su comportamiento ordinario y la hipnosis arrebataría de alguna manera parte del control de la mente consciente, haciendo que el individuo respondiera con un comportamiento autónomo. Harry Cannon ha explicado en alguna ocasión que solo se trata de una sugestión absoluta en la cual se necesita un foco de atención para que dicha sugestión arraigue en el subconsciente y exteriorice en función motriz. Por último, Nicolás Spanos (que cambió con sus estudios muchas creencias adquiridas) aseguró que los estados de hipnosis se hacen con conocimiento de la persona y que dichos pacientes creen que los estados de inconsciencia se los provoca una fuente externa cuando en realidad son ellos mismos.
Breuer (y también Freud) creían que cuando se devolvían los recuerdos olvidados, el paciente limpiaba el espíritu mediante una descarga emocional o catarsis (y también sufría un shock)
Pero probablemente sea Sigmund Freud uno de los más famosos 'hipnotizadores'. Como explica Pedro Rocamora G.-Valls, doctor en Derecho y en Psicología, el austriaco practicó la hipnosis con Charcot y Bernheim y la utilizó posteriormente en sus primeros años de actividad profesional, realizando regresiones hipnóticas pues consideraba que recuperando ciertos recuerdos traumáticos en fase hipnótica se podía curar la patología histérica. Esto se basaba en las creencias de Breuer de que, cuando se devolvían estos recuerdos olvidados, el paciente limpiaba el espíritu mediante una descarga emocional o catarsis (aunque también podía sufrir un shock). Pero Freud sustituyó posteriormente la regresión hipnótica por la evocación en un estado de vigilia, y todo esto le permitió llegar al psicoanálisis.
Un sorprendente artículo publicado recientemente en 'BBC' sugiere que la hipnosis está volviendo con fuerza, pues asegura que sirve para tratar dolores crónicos o ansiedad. "Un creciente cuerpo de evidencia asegura que la hipnosis es efectiva para muchas personas que experimentan dolor, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, parto o nacimiento estresante, síndrome del colón irritable. Para algunas de estas condiciones la hipnosis supera a los tratamientos estándar en cuanto a costo, eficacia y efectos secundarios".
En septiembre de 1894 salió a la luz pública que Ella Salamon, de tan solo 22 años, había muerto después de que un ocultista la hipnotizara en un remoto castillo en Hungría
El problema, aseguran, es que durante el siglo XVIII el auge del hipnotismo también trajo un sinfín de irremediables charlatanes que no hicieron ningún bien: los hipnotizadores que recorrieron los escenarios de Europa consiguiendo que la gente que subía con ellos se pusieran rígidos como una tabla o se hicieran pasar por un pollo. Todos recordamos 'La maldición del escorpión de Jade' (2001) de Woody Allen, en la que un hipnotizador consigue que el protagonista (el mismo Allen) tenga unas irrefrenables ganas de robar cada vez que escucha la palabra mágica 'Constantinopla'.
El debate público sobre la hipnosis se calentó durante la década de 1880, hasta que algunos países comenzaron a promulgar leyes para regular su uso. En septiembre de 1894 salió a la luz pública que Ella Salamon, de tan solo 22 años, había muerto después de que un ocultista la hipnotizara en un remoto castillo en Hungría. Tan solo tres meses después, en Alemania, la baronesa Hedwig von Zedlitz und Neukirch, que buscaba tratamiento para los dolores de estómago y de cabeza, conoció al 'sanador' polaco Czesław Czyński, que supuestamente habría usado la hipnosis para seducirla en varias sesiones, lo que culminó en un matrimonio falso (aunque la baronesa siempre sostuvo que estaba verdaderamente enamorada del atractivo Czyński).
Algunos temen que la hipnosis regresiva implante falsos recuerdos de acontecimientos que nunca han sucedido
El mismo año, nació el hipnotizador ficticio Svengali en la exitosa novela 'Trilby' de George du Maurier. El público devoró el libro junto con las noticias sobre el caso Czyński, pues en una suerte de serendipia ambas historias guardaban interesantes similitudes. Estos escándalos alimentaron los esfuerzos de los médicos por distanciarse de los hipnotizadores 'de circo' y legitimar su trabajo.
Sugestión o no, lo cierto es que la hipnosis tiene defensores y detractores en la actualidad. Por un lado, algunos apuntan a problemas históricos: con la hipnosis regresiva algunos temen que el afectado pueda recordar vivencias de supuestas existencias pasadas que dan la posibilidad de desarrollar un trastorno de personalidad múltiple, o que se le implanten falsos recuerdos de acontecimientos que nunca han sucedido, o que incluso se le inculque la certeza de que las cosas que en teoría está recordando durante la sesión son ciertas (aunque no lo sean).
Pero, por otro lado, algunos estudios recientes (en el pasado se han hecho verdaderas locuras poco éticas, como 'obligar' mediante hipnosis a los participantes a vender heroína en un campus o a tocar una serpiente de cascabel) han llegado a la conclusión que a la hora de afrontar operaciones, las personas a las que se somete a hipnosis tienen niveles más bajos de ansiedad y mayor tolerancia al dolor que las que se tratan con medicamentos.
Ya lo decía aquel: un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Al final, dependiendo del uso que se le dé (como todo), puede funcionar mejor o peor, sea un simple placebo sugestionable o algo que realmente cala en nuestro complejo cerebro hasta lo más hondo, del que todavía hay mucho por conocer. YouTube está plagado de vídeos de hipnosis para dormir o desestresarse, lo que demuestra que al final no hemos cambiado tanto como creíamos. Hay ciertos paralelismos, al fin y al cabo, entre la hipnosis y quedarte absorto mirando el móvil mientras te aíslas del entorno y la percepción del tiempo, poco a poco, va apagándose.